
Ausencia. Todo episodio de lenguaje que pone
en escena la ausencia del objeto amado –sean cuales
fueren la causa y la duración- y tiende a transformar
esta ausencia en prueba de abandono.
Roland Barthes, “Fragmento de un discurso amoroso”.
La ausencia se precipita rápidamente, se siente la soledad y sobre todo el peso de la noche, el peso de la sociedad, el peso de nosotros mismos. Esa es la evidencia que nos deja “Con ánimo de amar” del cineasta Wong Kar Wai.
La película comienza cuando un par de matrimonios se hacen vecinos, estos se mudan el mismo día a departamentos contiguos. Por un lado se encuentra el matrimonio del señor Chow, por el otro, el matrimonio de la señora Chan. El señor Chow y la señora Chan son los protagonistas de esta historia.
Los matrimonios de estos se viven en la ausencia. La señora Chan siempre se encuentra sola por los largos viajes de su marido, y el señor Chow igualmente está sólo. La ausencia de sus parejas los hacen vivir en la soledad, en las comidas compradas para uno, en el no tener con quién compartir el último momento del día al volver a casa luego del trabajo. Es aquí donde se conocen los protagonistas y donde gestan su relación a base de conversaciones producidas por la necesidad de compartir. Entre conversación y conversación se dan cuenta del engaño de sus cónyuges que mantienen una relación de amantes entre ellos, y los protagonistas intentan revivir cómo fueron engañados.
Es la ausencia de los seres amados lo que provoca esta relación, se reúnen para conversar de su falta, de la falta de sus parejas, del engaño que sufren. Ellos son los que se quedan, los que esperan, los que imaginan cómo son las cosas. La carencia se hace visible en el engaño, en el sentir del abandono en que se encuentran, en vivir una vida que no es de ellos pensando en el engaño.
Nos encontramos con la pura visualidad de una historia, lo que vemos es lo que es. La forma de la ausencia se hace presente. No es el relato el que nos sitúa en la historia de los que se quedaron, en esa espera y en esa carencia, si no que es la visualidad.
Wong Kar Wai no estima en la profundización del diálogo, quiere reencontrarse con la provocación de la mirada, de leer la imagen para comprender la historia. Su relevancia se encuentra en los espacios, en el ambiente, es decir, en el contexto visual que genera para completar a los personajes. En esa estética de los sesentas mezclada con ese carácter chino se produce la forma de la ausencia, la forma de quienes no están, el engaño y el intento por vivir sin el peso de ellos mismos, puesto que la soledad los conlleva a encontrarse con una realidad que no quiere ser vista, pero que es evidente.
Los protagonistas se reúnen para conversar lo mismo, lo que interesa es lo furtivo de sus encuentros, y cómo este cineasta se vale de la imagen para hacer que los espacios abiertos y públicos como las calles, se vuelvan lo más íntimo en la toma, se confabulan para cerrarse en la intimidad de los personajes. Esa intimidad es máxima en la melancolía de la imagen, cuando recuerdan entre ellos la ausencia de sus parejas y cuando esta se transforma ya no en la melancolía de esos otros, si no en la melancolía por la separación entre la señora Chan y el señor Chow.
El paso del tiempo en esa soledad acompañada que viven los protagonistas se desarrolla visualmente, vemos el correr del reloj, vemos los cambios de escena en los mismos espacios y en la misma ambientación, pero con diferentes vestuarios. Más allá de los diálogos, que por cierto son muy concisos pero muy bien conformados, Wong Kar Wai nos da la necesidad de apreciar los momentos secuenciales del paso del tiempo, no hay tiempo silente pues nos dice todo a través de la puesta en escena. La musicalidad de estas secuencias plasma el proceso lento de la melancolía, de la soledad.
Sin duda, es un deleite visual. La riqueza de las texturas de los espacios, de las sensaciones táctiles que nos da la imagen, como el querer tocar el humo del cigarrillo tantas veces fumado, tantas veces pensado. Es donde nos encontramos con la forma presente de lo ausente, no es necesario decir mucho, no es necesario murmurar millones de palabras, simplemente hay que observar, sentir y escuchar la imagen.
En fin ¿Cuál es el peso de la ausencia? ¿Cómo puede llevarse ese peso si eso no está? …para eso queda la sensación del que quedo en el abandono, la melancolía, queda el recuerdo, el regreso de lo que fue, la repetición de la imagen, queda la transformación de lo que no está, queda el ánimo de amar.
Información sobre la película aquí